Por mucho que intentemos negarlo, en esta época de fiestas navideñas, siempre nos gastamos un dineral en regalos para los niños. Que si la muñeca de siempre pero con modelito diferente, que si el muñeco de siempre pero con una arma mucho más potente, que si el coche teledirigido del año anterior pero con una pegatina nueva... Los niños son niños, y como niños que son siempre todo les parecerá poco, por eso piden y piden sin parar. Evidentemente, si damos a un niño pequeño un catálogo de juguetes, éste va a elegir todos los juguetes que pueda, incluso aquellos que realmente no quiere. Cuando llega el día de Reyes (o Papá Noel), y el niño ve todos los regalos en el salón, tantos que ni si quiera se ve el árbol de navidad, los abre todos con muchas ganas, pero finalmente se queda jugando con la caja de cartón que protege los juguetes o el papel que los envuelve. Por eso, nosotros tenemos que dejar muy claro al niño/a que no hay que elegir todos los juguetes del catálogo, sino solo algunos, y sobre todo, no comprarle todos los juguetes que pidan, ya que eso solo alimentaría su ansia.
Además, debo decir que los mejores regalos que podemos hacer a los niños, no tienen precio alguno, es decir, son totalmente gratis y alcanzables. Esos regalos son tales como tiempo, paciencia, sonrisas, abrazos, atención, confianza... que con un poquito de esfuerzo, se pueden conseguir, y que sin duda, van a hacer felices a los más pequeños. Un poco de atención, que en el fondo les harán mucho más felices que con el juguete más caro del mundo. Por todo esto, no olvidéis poner estos regalos bajo el árbol, y los niños/as os lo agradecerán!
¡FELIZ NAVIDAD INFANTÓLOGOS!
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